Ya es demasiado tarde. El tiempo se ha agotado. No cabe esperanza alguna. No existe ya posibilidad ninguna. Nada de lo que pueda hacer cambiará las cosas. No hay solución posible. Cualquier intento tornará en vano. De la misma manera que intentar detener un disparo utilizando una hoja de papel como escudo. Como intentar retener el sonido de una canción en una botella de plástico. Como enviar en una carta el sabor de un plato elaborado. Como intentar fotocopiar un sentimiento a todo color. Intentos inútiles.
Tantos anhelos, tanto esfuerzo, tanto sacrificio, tantos desvelos, tantas batallas, tanto sudor. Todo se ha acabado. No queda ya ningún camino que tomar. Todas las puertas están cerradas. No hay alternativa posible. Como mirar a través de un cristal opaco e infranqueable. Como intentar guardar la luz del sol de la mañana en una bombilla. Como intentar que vuelva a latir un corazón muerto.
Toda vela consume su cera. Más tarde o más temprano. Un témpano de hielo acaba por derretirse. Hasta la última gota. Todo fuego se extingue, cuando ya no queda nada más que arder. El vacío más inmenso invade todos los espacios. La desolación más absoluta cubre todos los sentimientos. La desesperación más intensa abate toda voluntad. Se desploma el cielo. Y cae la noche. En la oscuridad más profunda una sola frase ocupa mi mente: ya es demasiado tarde.
O no.
martes, 30 de noviembre de 2010
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