viernes, 25 de septiembre de 2009

Experiencia laboral

Aquí os dejo mis humildes conocimientos adquiridos a través de mi experiencia laboral. ¡Qué grande Enjuto Mojamuto y el peor día de su vida!







La tienda mágica

Érase una vez una niña que era muy maja y se llamaba Vicky. Un día se encontró un perro hablador entre los arbustos de su jardín. Vicky se extrañó porque era como mágico, y de pronto dice: -Hola. Entonces Vicky se quedó alucinada, como al lado de su casa hay una tienda de animales, sucia y medio abandonada fue a ver, entro y era tan bonita que se quedó más y se fijó tanto que descubrió que era una tienda mágica. Dejó al perro y fue a verle todos los días.

(Paula C.A., 8 años)

lunes, 21 de septiembre de 2009

Little Mis Sunshine

Película recomendada

Argumento
Los Hoover son una familia conflictiva: el abuelo esnifa cocaína y suelta palabrotas, el padre da cursos sobre el éxito con estrepitoso fracaso, la madre no da abasto, el tío se recupera de un suicidio frustrado al ser abandonado por su novio, el hijo adolescente lee a Nietzsche y se niega a hablar, y la hija pequeña, Olive, gafotas y ligeramente gordinflona, quiere ser una belleza. Cuando un golpe de suerte lleva a Olive a ser invitada a participar en el muy competitivo concurso de 'Pequeña Miss Sunshine' en California, toda la familia Hoover se reúne para ir con ella. Se apilan en su oxidada furgoneta Volkswagen y se dirigen hacia el Oeste en un trágicómico periplo de tres días lleno de locas sorpresas que les lleva al gran debut de Olive, el cual cambiará a esta familia de inadaptados de una forma que nunca hubieran imaginado.

Curiosidad
Antes de escribir el guion, Arndt leyó en un periódico que el actor y gobernador de California Arnold Schwarzenegger, en un discurso a un grupo de niños de escuela, les dijo: «Si hay algo en este mundo que me da asco, son los perdedores. Los desprecio profundamente». Como resultado, Arndt desarrolló el guion satirizando esa actitud: «Me di cuenta de que hay algo tan equivocado en esa actitud [...] quise atacar la idea de que en la vida hay unos que suben y otros que bajan. Me pareció que un concurso de belleza para niñas es el epítome de la competición absurda más estúpida que se le puede hacer experimentar a alguien».

Solo tú, no necesito más.
Te adoraría lo que dura la eternidad.

martes, 1 de septiembre de 2009

El efecto mariposa

Esta mañana me levanté temprano. ¡Bien! Desperezarse con todo el tiempo del mundo, sin prisa alguna, es agradable. Llegué al baño y tras aplicarme espuma me dispuse a afeitarme. Con la primera incisión de la cuchilla me corté... en la nariz. Sí, sí, en la nariz. No dispongo de moviola para ver qué cojones he hecho para cortarme en la nariz. Y claro, me he puesto a sangrar como un cerdo el día de su calvario gastronómico. Pensé que hoy no sería un buen día. Porque hay días que sí, y días que no.

No todos los días son igual de importantes, a pesar de lo que diga la literatura vitalista barata. Hay días que marcan cientos de días posteriores. Días que nacen en un momento o en una decisión tomada un día en particular. Y son decisiones que pueden durar segundos. Voy o no voy. Llamo o no llamo. Pregunto o no pregunto. Otras, son decisiones de más calibre. Estudiar esto o lo otro. Escoger este trabajo o el otro. Tener un hijo ahora o más adelante. Incluso hay un último grupo de decisiones que son completamente aleatorias. El lugar donde sentarse el primer día de clase. El rincón más despejado de un bar.

Algunas de estas decisiones se perderán en el tiempo. Apenas tendrán repercusión. Pero otras, sin darnos cuenta en ese momento, marcarán miles de instantes futuros. Me he puesto a pensar. Intento buscar el momento exacto del día en el que se fraguaron los momentos más relevantes de mi vida. Y me sorprendo, porque puedo encontrarlo en la mayoría de ellos.

Seguro que vine a estudiar a madrid porque en algún momento preciso de algún día en particular leí, escuché y valoré esa opción. Me quede a vivir aquí porque el primer día de universidad me senté delante de Luis. Compré mi casa un día en que Rebeca me llamó a las once de la noche para darme el teléfono de una habitación que alquilaban por ciento ochenta euros. Empecé a trabajar el día que me crucé con Miguel viniendo del autobús. Viajé muchos días, el día que Luis conoció a Cesar. El día que mi hermana Esther leyó el boe. El día que me enteré que habría un eclipse de sol. El día que decidí ir un miércoles a un antro...

Me intriga el pensar que un pequeño instante, insignificante a priori, pueda afectar tanto a mi futuro, desembocando un tsunami de sensaciones y experiencias vitales futuras, como una especie de efecto mariposa, cuyo aleteo hoy puede hacerse sentir en forma de huracán al otro lado del mundo mañana. Y ese efecto sólo puede verse con el paso de los días. Así que, quién sabe que me deparará mi nariz lastimada.